KEBRA NAGAST: LA BIBLIA SECRETA DEL RASTAFARI

KEBRA NAGAST: LA BIBLIA SECRETA DEL RASTAFARI
LA BIBLIA SECRETA DEL RASTAFARI

1/4/11

LA BIBLIA SECRETA DEL RASTAFARI


«Ecce Crucem Domini, Fugite partes adversae!

Vicit Leo de tribu Iuda, Radix David! Alleluia»

(Obelisco Vaticano, Roma)

La primera parte del Kebra Nagast (capítulos de uno a treinta) presenta historias muy similares respecto a los temas bíblicos: desde Adán y sus hijos Abel, Caín y Seth; a Noé, que en un diálogo místico recibe del Creador protección futura; hasta Abraham, que es enviado adolescente a vender ídolos paganos y en cambio los destruye, así que su unión con Yahvé se revela inmediatamente en el arco iris para él, y para sus descendientes en el Arca de la Alianza (construida según los dictados comunicados por el Todopoderoso a Moisés en el Monte Sinaí – y llamada por lo tanto ‘Zión’).

Pero sin duda para los creyentes Rastafari la clave del libro está en el encuentro entre el Rey de Israel Salomón y Makeda la Reina del Sur (de Sheba –o Saba, el antiguo nombre de Etiopía), que "enamorada de su sabiduría aborda el largo viaje hasta Jerusalén para reunirse con él y aprender de sus virtudes”. El encuentro entre los dos soberanos se describe también en la Biblia (1 Reyes 10: Visita de la Reina de Saba; 2 Crónicas 9: La gloria de Salomón), con la diferencia de que el Antiguo Testamento no menciona ni su relación, ni su hijo Bayna - Lehkem.

En la narración del Kebra Nagast en cambio, el profundo y apasionado diálogo entre los dos regentes es importante por varias razones: en primer lugar la Reina Makeda decide que desde entonces no adorará más al Sol (al igual que sus antepasados), sino a su Creador, el Dios de Israel, como Salomón (y esto representa la transición de una arcaica devoción, hacia un monoteísmo moderno). Además, gracias a una ocurrencia lúdica concebida por el Rey, los dos pasan la noche juntos y al día siguiente por la mañana Salomón tiene una visión premonitora… Antes de que Makeda regrese a su reino, el Rey le da un anillo especial para donarlo al posible fruto de su amor: de su unión de hecho nacería un niño, Bayna-Lehkem (dijo Ebna Hakim -Hijo del Sabio), posteriormente coronado primer Emperador de Etiopía con el título de Menyelek I (o Menelik I), el origen de la larga línea de los Reyes de Etiopía.

Según cuenta el Kebra Nagast, cuando Bayna-Lehkem cumple veintidós años parte en busca de su padre con el valioso anillo, para pedirle un pedazo de la cobertura de Zión (el Arca de la Alianza), así que su pueblo pudiese venerarla. Salomón le da la bienvenida con todos los honores e insiste para que su hijo siga reinando después de él, pero Menyelek decide volver a su tierra materna, acompañado por algunos israelitas que podrían asesorarle con el futuro gobierno. Sin embargo por la noche los jóvenes israelitas sustituyen el Arca de la Alianza por una copia de madera y trasladan el original a Etiopía, recorriendo en un día, en lugar de treinta, el camino hasta el Nilo: Salomón desesperado pero siempre lúcido, entiende como esto pudo suceder, consciente de que a partir de ese momento junto con Zión habría perdido también la bendición divina.

Este paso es crucial porque explica la relación entre el reino de Israel y el de Etiopía, representado por Menyelek (dicho Bayna-Lehkem, Menelik I) y por sus descendientes. Esta línea llevando directamente hasta Ras Tafari Makonnen, coronado Negus Negesti de Etiopía con el titulo de Haile Selassie I (literalmente, Poder de la Sagrada Trinidad) el 2 de Noviembre del 1930, Emperador doscientos vigésimo quinto de la dinastía Salomónica, León Conquistador de la Tribu de Judah (o Yehudá: fue el cuarto hijo de Jacob con Lía; a su estirpe pertenece David, padre de Salomón, y también Jesucristo), no sólo arroja luz sobre las raíces estrictamente bíblicas de la cultura Rastafari, sino que también propone la interesante teoría acerca del traslado del Arca de la Alianza a Etiopía, probablemente cerca de Axum (o en el templo de Lalibela), donde se encuentra todavía.

Posteriormente hay otra sección de particular importancia para los fieles Rastafari: ésta cuenta como un ángel anunció a la madre del bebé Sansón, que su hijo un día liberaría Israel de los Filisteos; el querubín le explica que Sansón tendría que crecer puro, lo más cerca posible de Dios (el concepto de pureza es muy importante en la cultura Rastafari). El Creador es generoso con Sansón por su integridad y junto con la claridad de la mente, le da una fuerza desproporcionada: pero sólo hasta el momento en que éste le desobedece, casándose con Dalila, hija de un opositor Filisteo. Entonces Dios para castigarle hace capturar al héroe por su propio enemigo, que le ciega y le corta el largo cabello trenzado. Sansón con sus últimas fuerzas causa la destrucción de todo el palacio donde estaba detenido, matando a sus enemigos y a si mismo.

Los últimos capítulos del Kebra Nagast están dedicados a la figura de Jesucristo, emblema de la lucha contra la inmoralidad de Roma (reino heredero simbólico de la corrupción de Babilonia, ciudad que intenta locamente asesinar al hijo de Dios). La crucifixión es para los creyentes Rastafari la presente condición social, que ve al hombre aplastado por manos depravadas, pero pronto destinado a la resurrección con el regreso a la tierra de origen y la reunión con Dios el Padre, Jah (de Jahvé o Jehová) Rastafari.

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